Mientras que se aleja
y cruza la calle con paso despierto
con sus pequenos pies
con sus unas pintadas
con sus mil brazaletes
con su blanca espalda,
su espesa malena rojiza
resplendece
a la luz del caliente
y ahora menguante sol
de una comuna tarde verianega en el sur.
Me parado a mirarla
una ultima vez
siempre mas pequena y leyos
hasta que deseparece en la muchedumbre,
hasta che se vuelve en ella